Por Xiomara Ponce
“An opera begins long before the curtain goes up and ends long after it has come down. It starts in my imagination, it becomes my life, and it stays part of my life long after I've left the opera house.”
María Callas
En la actualidad la elección por la profesión de cantante de ópera despierta gran entusiasmo por lo general entre personas con tradición artística familiar, especialmente en lo que respecta a la música, lo cual representa para quien elige este arte un apoyo referencial que podría ser de gran ayuda para hacer frente a las grandes exigencias que demanda el ser cantante; pero así mismo, existe una demanda potencial y silente de muchos a quienes diversas vicisitudes existenciales le impidieron poner en acto su deseo por este arte y quienes han visto imposible el alcanzar su deseo de cantar, debido a las exigencias de nuestros días, donde la edad, la talla y el aspecto físico juegan un papel preponderante a la hora de seleccionar y contratar a los cantantes por parte de los teatros y casa de ópera.
Un cantante de ópera no puede limitar su formación solamente al aspecto vocal-musical, sino que debe incorporar a su formación el conocimiento del arte dramático y del desarrollo del personaje, tanto artística como psicológicamente para facilitar la interpretación de los diversos roles operísticos. El cantante de hoy no solo tiene que preocuparse por la dicción, la partitura, la afinación, la técnica vocal, sino que tiene que dominar los movimientos escénicos para interpretar y dar vida a los personajes. Conocer al personaje y su interrelación con el resto de ellos, apropiarse de la emotividad, la psique y el drama del personaje que le toque representar. Todo ello para llevar a cabo un espectáculo que lo colocará ante el encuentro con el público, un aspecto más de la exigencia que le toca afrontar al cantante de ópera.
El encuentro con el público.
El público es el destinatario de la representación artística, para él se representa la obra a la que asiste. El público se conforma por todas las diversas individualidades que asisten a una representación: amantes de la ópera, familiares de los cantantes o de los músicos, representantes de casas de ópera, periodistas, maestros de canto, amigos, entre otros, algunos conocedores y expertos, otros iniciados o desconocedores a la expectativa de lo que devele el telón. Mientras tanto el cantante espera, entretelones, la indicación del director para su entrada a escena, apropiado del personaje, haciéndolo existir con su voz y su actuación. Para el artista el encuentro con el espectador no es sin consecuencias, el cantante se expone ante este encuentro al Otro que lo observa y lo hace sentir evaluado, lo cual en algunos casos lo lleva a padecer “miedo escénico”, es decir, puede sobrevenirle un estado de inhibición que dificulta la realización del rol que se esté representando ante ese tercero que observa su arte en escena. La mirada del Otro lo hace confrontarse con la evaluación de sí mismo, generando temor a que el Otro no le guste su interpretación.
El miedo escénico se pone de manifiesto en los puntos más vulnerables y necesarios a la hora de una interpretación: la voz, las manos, las piernas, es decir, se manifiesta desarticulando el funcionamiento normal de las partes del cuerpo que están involucradas con la actividad a realizar.
El “salir a escena”, en algunos casos, puede trasladarnos a otros escenarios que fueron traumáticos en nuestra infancia y se quedaron reprimidas en nuestro inconsciente, formando parte de la novela familiar. Al experimentar una situación que rememora esta situación traumática, se revive en el cuerpo las emociones anteriores. Superar la inhibición y abrirle paso al deseo es la otra manera de salir de esa escena, para lo cual el coaching profesional con orientación psicoanalítica le permita al cantante alcanzar el punto justo para la realización de su deseo de representar las grandes obras operísticas.
The Opera Atelier consciente de los grandes retos y de la diversidad y complejidad que involucra el acto operístico ha considerado entre sus programas un espacio de coaching y psicoanálisis, para proporcionarles orientación profesional que a partir de la experiencia singular de cada uno en su desarrollo artístico puedan contar con el apoyo y el soporte psico-emocional que favorezca su crecimiento personal y artístico.
Por otra parte, en The Opera Atelier también nos hemos planteado dar cabida a todo aquel que esté habitado por el deseo de cantar más allá de la talla, el físico o la edad. Siempre habrá un aria, una canción, una frase musical que podrá interpretar con la debida preparación facilitada por nuestra dirección artística y musical. Reivindicamos así el derecho al arte de cada quien. Tal y como hemos establecido en nuestra visión organizacional:
“Leading international organization devoted to the training and promotion of opera singers, empowering them towards their professional and artistic development, with the aim to further opera as a universal artistic expression...”